¿Deberían colocarle un stent o hacerle una operación de baipás?
Por Steve W. Guyton, MD, MHA, FACS
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Le han hecho un angiograma coronario que muestra que sufre de enfermedad de las arterias coronarias (bloqueos o angostamientos en los vasos sanguíneos que alimentan al músculo de su corazón). ¿Deberían colocarle un stent o hacerle una operación de baipás? Bueno, depende.

Si su enfermedad de las arterias coronarias no es grave, y si usted tiene síntomas que se pueden controlar con medicamentos, entonces se podría llegar a controlar su enfermedad de las arterias coronarias con cambios en el estilo de vida y sin un stent o baipás. Su doctor puede ayudarle a decidir si necesita un procedimiento. En cualquiera de los casos, si fuma, debería dejar de fumar. También debería estar siendo tratado con la máxima terapia médica con aspirina (un medicamento que disminuye el colesterol) y un beta bloqueante, como así también con cualquier otro medicamento necesario para controlar la presión sanguínea alta o la diabetes.

En los últimos años, la colocación de stent en las arterias coronarias ha aumentado dramáticamente. La colocación de stent es una forma de intervención coronaria percutánea (PCI, por sus siglas en inglés), no es una cirugía de corazón. La PCI es un procedimiento no quirúrgico que utiliza un catéter fino y flexible que se coloca a través de su piel hacia adentro de una arteria de la ingle o del brazo. Se ubica el balón que se encuentra en la punta del catéter en una arteria coronaria angostada y se lo infla para abrir el bloqueo en su arteria. Un stent es un tubo de malla metálica (similar a una malla de alambrado para gallinas) que se deja en el lugar para ayudar a evitar que su arteria colapse. Medicamentos que se encuentran unidos al stent ayudan a prevenir que su cuerpo reaccione a la presencia del stent y cierre la arteria nuevamente. Los grandes riesgos de la PCI están relacionados con problemas adentro de la arteria coronaria en sí misma, que pueden causar un bloqueo y un ataque al corazón o, en raras ocasiones, la muerte. Además, se pueden presentar problemas de riñón si se necesita utilizar una gran cantidad de tinte para rayos X durante el procedimiento.      

La colocación del stent se hace sin tener que abrir su pecho con una incisión, por lo que la recuperación posterior es generalmente rápida. Requiere del uso de un tipo de medicamento anticoagulante llamado antiagregante plaquetario, generalmente por un periodo de un año luego del procedimiento. La colocación de stent generalmente se hace en pacientes que tienen una enfermedad de las arterias coronarias menos grave que la de los pacientes tratados con operaciones de baipás coronario. Se ha demostrado que las operaciones de baipás coronario tienen mejores resultados a largo plazo si se tienen bloqueos coronarios más graves. La necesidad de repetir procedimientos para bloqueos coronarios es más común luego de una PCI que luego de una operación de baipás coronario.

Se ha desarrollado un sistema de puntuación para ayudar a determinar si la PCI es la terapia adecuada para su enfermedad de las arterias coronarias. Si el “puntaje SYNTAX” es bajo, entonces esto generalmente significa que la PCI es adecuada. Una operación con baipás es más adecuada si la puntuación es alta, lo que indica la presencia de una enfermedad más grave. Para los puntajes intermedios, se considera adecuada la evaluación cuidadosa hecha por un “Equipo del Corazón”, compuesto por cardiólogos y cardiocirujanos, para determinar el mejor tratamiento. 

La operación de baipás coronario (CABG, por sus siglas en inglés) es la operación de corazón más comúnmente realizada; aunque la PCI ahora está siendo utilizada más frecuentemente que la CABG. Se utiliza una arteria o vena de otra área de su cuerpo para suministrar sangre alrededor de la porción enferma de la arteria coronaria y proveer un flujo sanguíneo más normal hacia su corazón (es por eso que se la llama operación de baipás). La operación fue originalmente desarrollada para tratar la angina, o dolor de pecho. Estudios a lo largo de los años han demostrado que existen situaciones en las que la CABG de hecho ha ayudado a los pacientes a vivir más tiempo (además con menos angina). La CABG se utiliza generalmente para tratar una enfermedad de las arterias coronarias de mayor gravedad, obteniéndose mejores resultados en estos pacientes que en los de la PCI. Esto es particularmente cierto en pacientes con diabetes o con importantes ataques al corazón previos.

La CABG generalmente requiere de la apertura del pecho a lo largo del esternón (denominada “esternotomía media”), de manera que la recuperación lleva más tiempo luego de un CABG que de una PCI. En base a mi experiencia, luego de la cirugía, los pacientes generalmente permanecen en terapia intensiva durante una noche, se levantan a caminar al día siguiente, y vuelven a la casa en tres a cinco días. La vuelta a las actividades normales debería esperar hasta que su esternón se sane, entre seis a ocho semanas luego de la operación. 

Una máquina corazón-pulmón le permite al cirujano detener su corazón para introducir los injertos del baipás en sus arterias coronarias. La cirugía también se puede hacer “sin bomba” sin utilizar la máquina corazón-pulmón, sosteniendo la arteria coronaria inmóvil mientras se sutura el injerto en la arteria. La CABG sin bomba fue desarrollada en un intento para disminuir la probabilidad de complicaciones luego de la cirugía, incluyendo sangrado, ataque cerebral, problemas pulmonares y problemas de riñón. 

Se ha comprobado que la CABG es segura y efectiva en general, pero al igual que todos los procedimientos del corazón, puede derivar en graves complicaciones. El riesgo también aumenta con la edad y con condiciones tales como un ataque cerebral previo, un ataque al corazón, la enfermedad renal, problemas pulmonares, o condiciones que debilitan su cuerpo o que afectan su capacidad de recuperarse. En general, la tasa de mortalidad luego de la CABG es de menos del 3%, y existe un riesgo pequeño, pero real, de ataque cerebral, ataque de corazón, sangrado, fallo renal, neumonía, e infección de la herida. Algunos pacientes requieren de transfusiones sanguíneas durante y luego de sus operaciones.

La calculadora de riesgo de la Sociedad de Cirujanos Torácicos, que se encuentra disponible en línea, puede ayudar a determinar en forma aproximada su riesgo de muerte o de otras complicaciones debidas a la cirugía de corazón. Los resultados pueden ayudarlos, a usted y a su médico, cuando discutan qué es lo mejor para usted. 

Tanto la CABG como la PCI deben ir acompañadas de un tratamiento médico óptimo para prevenir la progresión de la enfermedad y proporcionar mejores resultados a largo plazo. El abordaje con un Equipo del Corazón, con la revisión de todos los pacientes que requieren procedimientos para la enfermedad coronaria, puede ayudar a asegurar que los pacientes reciban el mejor tratamiento disponible.

Las opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no necesariamente reflejan el punto de vista de La Sociedad de Cirujanos Torácicos.

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